Trabajo, esfuerzo, dedicación amor y compromiso, definen el camino que ha llevado a profesionales de la salud del Hospital General de Enfermedades, IGSS zona 9 a realizar el trasplante renal número 900.

El trasplante renal número 900 fue todo un éxito gracias al profesionalismo del equipo multidisciplinario que lo realizó.

La ruta para llegar a ello no ha sido fácil, uno de los principales obstáculos es el desconocimiento sobre el proceso de donación y los tabúes que existen en relación con ello.

Sin embargo a pesar de las limitantes, este día se logró realizar un trasplante más, que no solo representa una mejor calidad de vida para quien lo recibe, sino también una segunda oportunidad.

En el proceso participó un equipo liderado por, los cirujanos de trasplante, Erick Roberto Soto, subdirector hospitalario; Carlos Fernando Herrera Nájera, Jefe de Servicio de Cirugía de la Unidad de Trasplante Renal, fue acompañado de cirujanos cardíacos, anestesiólogos, urólogos instrumentistas, médicos residentes, electivos y externos.

Más de 15 profesionales de la medicina del Hospital General de Enfermedades participaron en este procedimiento quirúrgico.

Sin duda alguna para el personal que interviene en cada procedimiento quirúrgico, el trasplante 900 más que un número, representa la oportunidad de servir, de dar esperanza a quienes lo necesitan y la satisfacción de cumplir con la misión que desde el inicio de sus carreras se propusieron.

“Durante todos estos años, nos hemos enfrentado a casos complejos, tristes, alegres, todos nos han hecho crecer, y sin duda alguna nos han dejado grandes satisfacciones. Si tuviera que definir en tres palabras la labor que como profesionales de la salud desempeñamos y el proceso de donación, estas serían: amor, gratitud y humildad”, indicó el doctor Erick Soto.

El Dr. Carlos Fernando Herrera Nájera, jefe de Servicio de Cirugía de la Unidad de Trasplante Renal junto al Dr. Erick Roberto Soto, subdirector hospitalario, dirigieron la operación que duró unas 4 horas.

En tanto para el Cirujano Carlos Herrera, 900 no representa una cantidad fría, ni una estadística, representa los resultados y la taza de éxito arriba del 95%, que se ha alcanzado como unidad de trasplante.

El profesional de la salud remarcó que durante la pandemia este tipo de procedimientos enfrentó varios desafíos y el tan solo pensar en alcanzar el trasplante 800 parecía un sueño, sin embargo, hoy se ha logrado sobrepasarlo y se espera poder seguir cambiando la vida de afiliados, pensionados, y derechohabientes.

“Me siento orgulloso, profesionalmente de todo lo que realizó, sin duda alguna el realizar un trasplante y cambiar la vida de una persona, es una satisfacción indescriptible. Ser un granito de arena en el cambio de vida de una persona no solo es una satisfacción personal sino también institucional”, expresó Herrera emocionado.

Ambos profesionales, refieren que es importante reforzar las campañas de donación para que más personas puedan tener acceso a un trasplante.

Cabe resaltar que fue en el 2003 cuando la institución inició con los trasplantes cadavéricos alternando con el trasplante renal vivo.