Cuando una persona decide atentar contra su vida, el entorno al que pertenece sufre lo que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) llama “efecto dominó”, pues es un acto que también perjudica a la familia, amigos, compañeros de trabajo y la comunidad, dejando una herida profunda.

De ese impacto a nivel individual y colectivo nace el propósito de crear conciencia sobre este problema prioritario de la salud pública. Por eso, desde el 2003 cada 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio.

En palabras de la psiquiatra Claudia Gaytán Martínez, coordinadora del Programa Hospital de Día, del Centro de Atención Integral de Salud Mental (CAISM), una manera adecuada de abordar este tema es sensibilizarse sobre el cuidado de la salud mental y así disminuir el estigma sobre las enfermedades de este tipo.

“Los seres humanos padecemos estrés que muchas veces rebasa los límites, por lo que puede llevar a que se pierda el sentido de la vida, pero es importante entender que existe el camino para salir de estas crisis”, recalcó Gaytán, además de enfatizar que hay profesionales dispuestos a ayudarles a entender las dificultades que afrontan en esos momentos.

Es importante entender que existe el camino para salir de estas crisis. En el IGSS hay profesionales dispuestos a ayudarles.

Mientras que Dennis Cuevas Morales, psiquiatra de la Consulta Externa de CAISM, agregó que aunque la mayoría de veces la conducta suicida se relaciona con un trastorno mental, siendo la ansiedad y la depresión los principales, también puede ser por el resultado de una decisión impulsiva asociada a una emoción intensa como la tristeza, frustración, enojo, cólera, ira o temor extremo.

En esa línea, la OPS amplía que, en adición a los anteriores, otros factores de riesgo vinculados al suicidio son la pérdida laboral o financiera, trauma o abuso, consumo de sustancias, barreras para acceder a la atención médica, la migración y la pandemia de COVID-19, que empeoró la problemática.

“Si una persona ha considerado varias veces materializar esta decisión podría tener síntomas de depresión, falta de apetito, insomnio y afectar su funcionamiento en actividades diarias. En casos extremos, pueden llegar a despedirse de sus seres queridos o en los ámbitos donde se desempeñan”, añadió Cuevas.

Sin embargo, Gaytán aclaró que estimular a las personas a hablar de la muerte no es un riesgo de suicidio, pero no hay que emitir juicios, sino animar a la persona a buscar y aceptar ayuda para encontrar solución a sus problemas.

Acciones del IGSS

El Seguro Social proporciona atenciones en salud mental en las unidades de Consulta Externa a través de las clínicas de psicología. Si el médico general considera que amerita la intervención oportuna del psiquiatra, entonces el paciente es referido a centros como CAISM donde la Emergencia atiende las 24 horas.

“Queremos decirle a todas las personas que han tenido la intención de hacerse daño que siempre hay una oportunidad. El IGSS ofrece la atención, solo hay que dejar atrás el estigma porque la vida vale y siempre estaremos dispuestos a ayudarles”, destacaron los doctores.