El síndrome del desgaste profesional o “burnout” (trabajador quemado) produce un agotamiento, resultado de la exposición prolongada a condiciones laborales nocivas. Algunas de estas son la sobrecarga de actividades, la ausencia de apoyo emocional y de reconocimiento por parte de superiores y compañeros, y la falta de control sobre el trabajo que se realiza.

Estos aspectos originan un conflicto interno, pues no hay congruencia entre los valores personales y los objetivos de la empresa.

Mientras que el estrés común es transitorio y reversible, los síntomas del trabajador quemado se vuelven más intensos con el tiempo. Estos son el cansancio emocional, la despersonalización y la disminución del rendimiento laboral.

De acuerdo con el doctor Ruben Paau, de la Consulta Externa del Centro de Atención Integral de Salud Mental (CAISM), el primero se refleja en la sensación de fatiga. En el segundo se desarrollan actitudes negativas como el cinismo, la hostilidad o indiferencia hacia lo relacionado con el trabajo y el tercero es la insatisfacción en la calidad de las tareas que se llevan a cabo.

Las molestias físicas son dolor de cabeza, problemas gastrointestinales y trastornos del sueño. Si bien afecta a profesionales de cualquier área, el especialista señaló que lo padecen con más frecuencia quienes guardan mayor cercanía con las personas a las que atienden, como los médicos, enfermeras, bomberos, abogados, policías, maestros o encargados de servicio al cliente.

Más allá del contexto laboral, este estado de agitación impacta de manera significativa en otros ámbitos porque causa una pérdida de interés en lo que antes se disfrutaba, disminuye la energía y motivación. También perjudica las relaciones personales, ya que el trabajador se siente irritable, distante y menos afectuoso.

Paau recomendó que para prevenirlo es necesario establecer límites claros en el horario de trabajo. Asimismo, el ejercicio reduce la tensión y mejora gradualmente el estado de ánimo.

“Es muy importante destacar que este síndrome no es una enfermedad mental, sino una respuesta a una fatiga crónica en el ambiente laboral, por lo que se debe buscar la ayuda de un psicólogo o psiquiatra”, aconsejó.

El IGSS imparte una capacitación sobre el manejo del estrés a empresas afiliadas que la soliciten, a través de la Sección de Salud e Higiene y Prevención de Accidentes, el único que lo hace en Guatemala.