Las vísperas de Nochebuena, la Navidad y el fin de año invitan en familia a degustar de comidas especiales acompañadas regularmente de algunas bebidas con contenido alcohólico, sin embargo, si está embarazada, debe evitarlas ante el riesgo de afectar el desarrollo del bebé debido al Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF).

El TEAF agrupa afecciones que se presentan en un paciente cuya madre bebió alcohol durante el embarazo. Estos efectos pueden incluir problemas físicos, del comportamiento y del aprendizaje. Comúnmente, un afectado con el TEAF tiene una combinación de estos problemas, informó el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).

Entre los síntomas o padecimientos que puede presentar en su momento el recién nacido y posterior en su crecimiento son el bajo peso y estatura, anormalidades faciales, cabeza pequeña, descoordinación, mala memoria, problemas del corazón, riñones o de huesos, retrasos en el habla y coeficiente intelectual bajo, entre otros.

Una sola copa de vino puede afectar ya que el cerebro del feto se desarrolla durante todo el proceso

La doctora Jarmila Liska, médica materna fetal del Hospital de Gineco Obstetricia del IGSS, explicó que este trastorno es uno de los factores principales que buscan prevenir en las afiliadas y derechohabientes para que los pequeños no sufran de un retraso mental, que puede llegar a ser leve, regular o severo. “El cerebro es el principal órgano afectado, ya que el alcohol atraviesa la placenta y destruye las neuronas”, resaltó.

Lamentablemente una cura definitiva para el TEAF no existe, los trastornos marcan la vida del paciente y familiar para siempre. Estudios indican que los tratamientos de intervención temprana pueden mejorar el desarrollo del niño.

Entre las opciones de tratamiento están los medicamentos para aliviar algunos de los síntomas, terapias de conducta y aprendizaje, capacitación para los padres y otros enfoques alternativos. No existe un único tratamiento que sea el adecuado para todos los pacientes. Se debe contar con un plan de vigilancia, seguimiento y cambios a medida que sea necesario.

“Si tiene planeado embarazarse, meses antes no consuma alcohol, entre otras sustancias. Una sola copa de vino puede afectar ya que el cerebro del feto se desarrolla durante todo el proceso”, recomendó la especialista.